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miércoles, 23 de noviembre de 2011

ESCULTURA RENACENTISTA ITALIANA DEL QUATTROCENTO: ANDREA IL VERROCCHIO


ANDREA Il VERROCCHIO (Andrea di Cione, Florencia, 1436-Venecia, 1488)

Escultor y pintor, desarrolla su carrera en Florencia y crea un taller que será el lugar de aprendizaje de los grandes escultores del Quatroccento y el Cinquecento, entre otros Leonardo da Vinci, Perugino, Domenico Ghirlandaio, Benedetto di Maiano, Sansovino, y Botticelli. Muchas de sus obras están inacabadas.

Su padre, Francesco, era fabricante de ladrillos y tejas, y más tarde se convirtió en recaudador de impuestos. Las dificultades económicas de su familia le obligaron a hacerse cargo de sus hermanos, e incluso del mantenimiento y dotes de sus sobrinas, las hijas de su hermano menor, Tommaso, razón por la cual nunca se casó.

Se formó como orfebre con Guiuliano Verrocchi, de quien tomó el apellido. Algunos historiadores lo relacionan con Donatello, pero esta influencia es dudosa, es más probable que se formara con el escultor Antonio Rossellino.

Sus inicios como pintor van más unidos a Fra Filippo Lippi, y se trata de una vocación tardía ya que la inicia en 1460, cuando colaboró con él junto con Sandro Botticelli en la realización de los murales de la Catedral de Prato, cerca de Florencia.

Sus obras más importantes las realizó en los últimos veinte años de su vida, cuando contó con el apoyo de la familia Medici, especialmente de Piero y de su hijo Lorenzo, que se convirtió en el principal mecenas de Florencia. Pero su fama y el apoyo de esta familia no llegaron hasta la muerte de Donatello en 1466. Verrocchio realizó para la familia pinturas y esculturas, pero también otro tipo de obras como vestidos y disfraces para sus fiestas. También trabajó como restaurador de obras de arte antiguas.

Parece que nunca salió de Florencia, salvo en 1480 cuando se trasladó a Venecia donde murió, aunque hay quien dice que trabajó para el Papa Sixto IV en Roma, pero no hay muestras documentales de ello.

Su estilo escultórico se caracteriza por las formas angulosas y duras, la expresión de los rostros es fundamental para dar sentido al conjunto, lo que introduce el retrato psicológico. Será en el retrato en lo que destaque, realizando numerosos bustos especialmente de la familia Medici.

Trabaja todos los materiales, pero es maestro en el bronce. Realizará tanto relieve como bulto redondo.

Las obras escultóricas de Verrocchio no son muchas pero su importancia es grande e influirá en la escultura de su época y en la posterior.

Andrea Verrochio También destacará como pintor.

Resurrección de Cristo” (Terracota policromada, 1463, Museo Nazionale del Bargello, Florencia). Realizado para la Villa Medicea de Careggi. Composición triangular que muestra en el eje principal a la figura de Cristo flanqueado por dos ángeles. En el suelo los soldados caen espantados por la visión mientras dos duermen. Dos árboles realizados de forma poco realista cierran la escena. El rostro de Cristo muestra cierta inexpresividad, lo que contrasta con los gestos sorprendidos de los guardias. La figura del Señor aparece rodeada de un nimbo de rayos dorados, lo que es una reminiscencia de los gustos medievales.



Santa Mónica” (?, temple sobre tabla, Iglesia del Santo Spirito, Florencia)





San Jerónimo” (1465, papel sobre madera, Galleria Palatina (Palazzo Pitti), Florencia). Bañando en luz, las características de la ascética Jerome parecen esculpidas, señalando sus dotes intelectuales y espirituales. El halo rojo hace referencia a su obra como cardenal. La imagen puede ser un trabajo preparatorio, muy acabado, de una pintura mayor.


Tumba de Piero y Giovanni de Medici (1469-1472, mármol, bronce y piedra serena; Iglesia de San Lorenzo, Florencia). Encargada por Lorenzo y Giuliano de Medici, se trata de la primera obra escultórica de grandes dimensiones del maestro. Se situó entre la sacristía y la capilla del Santísimo Sacramento, enmarcada por un gran arco y utilizando los mismos materiales de las obras que le rodean para no romper el conjunto. Marca diferencia con las tumbas de mármol propias de la época, su decoración es sobria y elegante, con motivos vegetales y clásicos.




Madonna con el Niño” (1470, Temple sobre madera de álamo, Staatliche Museen, Berlín). Verrocchio muestra su maestría en la escultura y el relieve también en las dos dimensiones propias de la pintura, en esta Madonna y el niño cuida la composición en diagonal que une a la madre con su hijo. Su interés por el paisaje no es menor que el que muestra por la luz y el claroscuro. Pero también se muestra como maestro del detalle: el velo que cubre a la Virgen, los detalles de su vestido que se aprecian especialmente en las mangas,... muestran el virtuosismo del artistas y su dominio de la técnica.

Joven guerrero(Terracota, 1470, Museo Nazionale del Bargello, Florencia).




Tobías y el ángel” (1470-1480, temple sobre tabla, National Gallery, Londres). Debió formar parte de un retablo mayor. Sigue los modelos marcados por Pollaiolo en una obra que realizó con el mismo tema.

Angelote con un delfín (Bronce, 1470, Palazzo Vecchio, Florence). Diseñada originalmente para una de las fuentes que decoraban los jardines de la Villa Medici en Careggi, muestra las formas tradicionales utilizadas para verter el agua mediante un caño que sale de la boca del delfín. El conjunto tiene mucho movimiento que aparece reforzado con el contraposto del angelote.




El Bautismo de Cristo” (1472-1475, óleo sobre tabla, Galleria degli Uffizi, Florencia). Realizado por encargo de la iglesia del monasterio de San Salvi en Florencia, donde permaneció hasta 1530, esta imagen fue ejecutada en el taller de Andrea del Verrocchio, cuyo estilo está bien definido en las figuras de Cristo y Bautista. La obra sin embargo no puede atribuirse exclusivamente al maestro que sin duda estuvo ayudado por uno o varios pupilos: en el ángel rubio de la izquierda y en el paisaje de arriba es de hecho reconocible la mano de Leonardo, el aún joven Leonardo, que aprendía en el taller de Verrocchio hacia 1470. Algunos críticos atribuyen el segundo ángel a otro joven artista florentino Sandro Botticelli. 


El conjunto muestra a San Juan Bautista bautizando al Señor, es decir, el momento en que vierte el agua sobre su cabeza. Los brazos extendidos de Dios, los rayos de oro, la paloma con las alas extendidas y el nimbo cruciforme muestran que Jesús es el Hijo de Dios y forma parte de la Santísima Trinidad. Dos ángeles en la orilla del río están sosteniendo el manto de Jesús. La composición se atribuye a Verrocchio, Aunque no puede asegurarse qué partes son obra directa del artista.



La de San Juan Bautista es la imagen más característica del estilo personal de Verrocchio, y probablemente lo pintó sin la participación de sus colaboradores. La insistencia en la realización  de los huesos, los músculos y los tendones reflejan los intereses de Verrocchio, que transmitió a sus alumnos. La cabeza se modeló académicamente, con los huesos del cráneo implícitos, mientras que la barba revela intereses más naturalistas.

El modelado suave de la cabeza del ángel de la izquierda y la calidad de su pintura sobrecargada de aceite frente al resto de la obra apoya su atribución a Leonardo. Esto fue mencionado ya en 1510 por Albertini, que declaró que Leonardo pintó la cabeza de este ángel. El boceto de la cabeza del ángel se conserva en Turín.

David(Bronce, 1473-1475, Museo Nazionale del Bargello, Florencia) De tamaño algo menor del natural, se trata de otro de los ejemplos de escultura dedicada a este rey de Israel realizado por los grandes escultores florentinos, junto con el de Donatello y Miguel Ángel. Se trata de un encargo realizado por la familia Medici que en 1476 lo venderá a la Signoria (ayuntamiento) y será colocado en el Palacio Vecchio junto al de Donatello.



Pero ambas obras son muy diferentes, Verrochio realiza a su David vestido y armado con una espada, con la cabeza del gigante al que acaba de ejecutar a sus pies, su gesto es victorioso a pesar de estar representado como un niño, llevando la mano izquierda a su cadera, lo que marca la curva praxiteliana, y mirando de frente al espectador con sonrisa triunfante.




El traje muestra trasparencias lo que permite al autor el estudio de la anatomía de cintura para arriba cubriendo el resto con una falda de pliegues angulosos. La escultura está diseñada para ser observada desde todos los puntos de vista, pero el conjunto nos muestra una figura menos exagerada y compleja que la de Donatello.



Podemos ver su gusto por el detalle en el trabajo de la barba de Goliat, así como en los ribetes del traje. Verrochio se nos muestra aquí como un experto en el acabado de sus esculturas.




La Batalla de Pydna” (1475, temple sobre tabla, Musée Jacquemart-André, París). Esta pintura hace un conjunto con El triunfo de Emilio Paulo y decoraban un cassone (arcón que debía contener el traje de una novia y formaba parte de su dote). En ellas se describen dos episodios de la historia del comandante romano Lucio Emilio Paulo en el siglo II a C., Específicamente la batalla de Pydna, que decidió el resultado de la Tercera Guerra Macedónica, y la marcha triunfal de Emilio Paulo. Las dos escenas fueron inspirados por Petrarca en sus Triunfos e inspiraron el espíritu florentino durante la segunda mitad del siglo XV. Las tablas fueron ejecutadas en el taller de Andrea del Verrocchio con la aportación del joven Leonardo da Vinci.



Boceto de rostro de una mujer” (?, lápiz, British Museum, Londres)



Giuliano de Medici (Terracota, 1475, National Gallery of Art, Washington).




Madonna con san Juan Bautista y Donato” (1475-1483, temple sobre tabla, Duomo, Pistoia). Aunque revela claramente la gran participación de los discípulos de su taller, la composición intrincada del retablo es el producto de una planificación cuidadosa realizada por Verrocchio. Siendo una obra un poco austera, Verrocchio incorpora los motivos que le habían atraído del arte moderno: la arquitectura del Renacimiento, elementos de naturaleza muerta, un piso de baldosas cuidadosamente realizado y la hermosa alfombra oriental con los flecos que cuelgan del último escalón.



Retrato de mujer (Mármol, 1475-80, Museo Nazionale del Bargello, Florence). Verrochio se inspira en los retratos que muestran tres cuartos de la figura y que son propios de la pintura de la época para desarrollar uno de los más hermosos bustos escultóricos del Renacimiento. Esto le permite estudiar las manos de la mujer y dar un toque humano al colocar entre ellas un ramillete de flores que la mujer sitúa contra su pecho en un gesto romántico. El conjunto despierta sentimientos al contemplarse y así se hace cercano al espectador. La mujer ha sido identificada por algunos como Ginevra dei Benci, que también fue retratada por Leonardo da Vinci, pero la mayor parte de los especialistas dicen que se trata de Lucrezia Donati, aunque no hay pruebas de ello.



Lucrezia Donati fue una de las amantes de Lorenzo el Magnífico, la que más tiempo convivió con él. Verrochio destaca así de ella aquello por lo que era famosa entre los hombres de su época, la belleza de sus manos. Este trabajo de las articulaciones de las manos realizado por Verrochio será muy imitado en su época, especialmente por su amigo Botticelli.



La duda de Santo Tomás (Bronce, 1476-1483, Orsanmichele, Florencia). Es una de las obras más importantes de Verrochio. Realizó primero la escultura de Cristo y con posterioridad la de Santo Tomás. El conjunto se situó en un nicho realizado originalmente para contener el San Luis de Donatello por el mismo Donatello y Michelozzo, por lo que era complicado colocar en él un conjunto escultórico sin romper con la simetría, es por ello que Verrochio coloca a Tomás a la izquierda, fuera del nicho, de hecho el pie derecho del santo sobresale fuera del mismo formando una diagonal. El conjunto está pensado para cobijarse dentro del nicho, y no como escultura exenta, ya que la parte trasera de las esculturas permanece hueca, no tienen espalda.



El trabajo de los pliegues de los mantos es perfecto, dando movilidad al conjunto y utilizándolo como vehículo de expresión: el manto de Tomás aparece más agitado en consonancia con su estado anímico, mientras que el de Cristo ordena y equilibra mejor los pliegues. Este conjunto debió influir en gran manera a Leonardo da Vinci, que parece que se inspiró en el rostro de Cristo para realizar el suyo de “La última Cena”, y aunque colaboraba con el artista no es probable que él realizara la escultura en lugar del maestro tal y como afirman algunos estudiosos.



La escena muestra la figura de Cristo que reposa sobre un pequeño podium mostrando la llaga del costado a Tomás, tras instarle a introducir sus dedos en ella. Su brazo derecho aparece levantado como en un gesto de bendición al apóstol que previamente se había mostrado incrédulo, también puede identificarse con el gesto realizado en el bautismo, para derramar el agua sobre la cabeza del bautizado.



La decapitación del San Juan Bautista (Plata, 1477-80, Baptisterio de la Catedral de Florencia). Se trata de uno de los relieves que decoran el altar del Baptisterio de la Catedral. La escena nos muestra gran movimiento, y realiza figuras en bajo, medio y alto relieve (ático) añadiendo algunas que son prácticamente de bulto redondo. La escena está enmarcada por motivos arquitectónicos góticos, pero el fondo del relieve muestra una arquitectura plenamente renacentista.



Retrato idealizado de Alejandro Magno (Marfil, 1480, colección privada). Su atribución se debe a un texto de Vasari, aunque muchos autores lo ponen en duda.



Lorenzo de Medici(Terracota pintada, 1480, National Gallery of Art, Washington).



Piero de Medici (?, Terracota, Museo Nazionale del Bargello, Florence).



Escultura ecuestre de Bartolomeo Colleoni (Bronce, 1481-1495, Campo di Santi Giovanni e Paolo, Venecia). Encargo realizado en 1479 por las autoridades venecianas en honor al mercenario originario de Bérgamo Bartolomeo Colleoni, fallecido en 1475 y que había donado fondos a la ciudad para que se realizara este monumento en su honor, aunque la exigencia es que se situara en la Plaza de San Marcos, pero los dirigentes venecianos consideraron que esta petición era una muestra excesiva de poder. A cambio fue situada frente a la escuela de San Marcos. Se convocó un concurso para el que Verrochio envió un modelo en tamaño natural realizado en cera entre 1481 y 1483. El autor murió en 1488 antes de ver terminada su obra, para la que había dejado ya el modelo en barro que fue modelado en bronce por el broncista veneciano Alessandro Leopardi, que también realizó la base y los acabados del caballo.



El conjunto sigue los modelos de otras esculturas ecuestres renacentistas del Quatrocento, como la de Donatello del Condotiero Gattamelata en Padua. Ambas esculturas son muy similares y las dos se inspiran en la escultura ecuestre de Marco Aurelio que se encuentra en Roma. Pero mientras que la escultura de Donatello permanece equilibrada sobre la montura, la de Verrochio se retuerce dando a la figura un gesto añadido de poder y fuerza.



Colleoni se encuentra de pie sobre los estribos, torciendo el cuerpo para enfrentarse al enemigo (contraposto), al tiempo que su caballo continúa la marcha y mantiene una pata delantera en el aire sin sujeción, lo que indica que la técnica de Verrochio para evitar el desequilibrio de la escultura era mayor que la de Donatello.



Colleoni lleva una armadura renacentista frente al estilo clásico de la armadura del Gattamelata. Su rostro expresivo muestra la fuerza y el carácter propios de un hombre de armas acostumbrado a la batalla, en un gesto de terribilitá que bien pudo influir sobre Miguel Ángel.

2 comentarios:

  1. Hola, sabes algo sobre como son sus firmas en esculturas? tengo una escultura de bronce de su obra ecuestre de Bartolomeo Colleoni

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