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martes, 1 de septiembre de 2009

ARTE ROMÁNICO: CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA PINTURA

Tiene un desarrollo más amplio que la arquitectura y que la escultura, ya que su cronología va desde el siglo XI al XIII, siendo el siglo XII la llamada “Edad de Oro”.

Se extenderá rápidamente por toda Europa. Tiene su motor de arranque en Montecasino, el monasterio benedictino que desarrolla el estilo artístico a partir de la II Edad de Oro bizantina. Pero luego cada zona le dará su toque particular en función de los artes previos. En el Norte de Europa se verá influenciada por las miniaturas carolingias y por el Mozárabe en España.

ESTILOS

Es pintura al fresco y se desarrolla en diferentes escuelas o tendencias:

- A la manera greco-bizantina: imitación fiel y directa de la pintura bizantina, rígida y hierática.

- A la manera italo-bizantina: menos rígida que la anterior y siguiendo los modelos de Rávena.

- A la manera franco-bizantina: mezclando el bizantino con el carolingio, que es menos esquematizada y más realista y detallista, típica de Francia.

- A la manera Mozárabe-bizantina: utilizando animales fantásticos de influencia musulmana, típica de la Península Ibérica.

ICONOGRAFÍA

Parte de la temática previamente desarrollada en el Arte Bizantino. El ábside de las iglesias son el lugar predilecto para ubicar la pintura, siendo la imagen del Pantocrator la más generalizada. En las escenas se inspiran en temáticas bíblicas y evangélicas, las vidas de santos, los bestiarios, y su función es, al igual que en la escultura, adoctrinante. No todas las representaciones tienen la misma sencillez a la hora de ser interpretadas.

TÉCNICAS

Comparte con la escultura el tener que atenerse a la ley del marco, se supedita al espacio, lo que condiciona el tamaño y la forma de las imágenes. No busca la belleza, sino la expresividad, así marca mucho los ojos. Es pintura lineal predominando el dibujo, se rodea la imagen con una línea que se rellena de color. Es una pintura muy geométrica, esquemática en ocasiones, que no se preocupa por el fondo ni el espacio, estructurándose en ocasiones en bandas de color.

Usan color plano, lo que impide el estudio del claro oscuro, las sombras, el volumen y el movimiento. No tienen profundidad, no se estudia la perspectiva. Y no dan ambientación, aunque hay excepciones como “Santa Cruz de Maderuelo” en España. Las figuras pueden situarse dentro de una orla de tradición clásica.

La Técnica de pintura al fresco es la del enfoscado y el enlucido: sobre el muro se coloca una capa de estuco o yeso, y en el caso de que se aplique la pintura una vez seca (semi-fresco o fresco seco) esta capa hay que hacerlo mezclándola con algún tipo de aglutinante (cola, resina, etc.) para evitar que se desprenda con facilidad. El fresco seco se utiliza muchas veces para los detalles. Lo lógico es aplicar la pintura con la capa de estuco o yeso húmeda, de manera que no necesita aglutinante, pero hay que hacerlo con cuidado para que no se mezclen los colores.

MINIATURAS

Las pinturas miniadas que decoran los libros se siguen realizando en los monasterios por el clero, siguiendo la tradición bizantina y carolingia. Son ricas en ornamentos y muy minuciosa, y en el Románico se amplia la iconografía y la temática, inspirando a la pintura monumental. Utiliza orlas o cenefas para separar las imágenes, con decoración floral o geométrica y la temática no es siempre religiosa.


PINTURA SOBRE TABLA

Aparece también la pintura sobre tabla, claramente influenciada por los iconos bizantinos. La madera ha de dejarse secar apropiadamente antes de aplicar la pintura, bajo la que ser suele colocar en ocasiones una capa de estuco. Pintar sobre madera húmeda supone que la madera se resquebraje y con ello la pintura. La madera se prepara con lacas y sobre ella se aplica la pintura mezclada con clara o yema de huevo, es la llamada pintura al temple. Muchas veces se marca con una línea el contorno de la figura y se rellena de color: pintura lineal, y esta línea se puede realizar quemando los bordes del dibujo.

La pintura sobre madera se realiza principalmente para decorar los frontales y laterales de altar. En ocasiones también decoran baldaquinos (palios de altar) realizados en madera que se cubrían con falsas cúpulas pintadas.

En su realización destaca la zona de Cataluña, que realiza una magnífica pintura al temple sobre tabla que inspirará la pintura gótica en España.


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